Este tagine marroquí de garbanzos y calabaza lo es todo: delicioso, fácil de hacer, nutritivo y perfecto para los días fríos de invierno. Si no está familiarizado con el tagine, es un guiso marroquí de cocción lenta que recibe su nombre de la olla de barro en la que se cocina. Este plato no es exactamente un tagine porque no lo he cocinado en un tagine, aunque si tienes uno, puedes hacerlo.
Ciertamente, hay platos que me hacen echar de menos ser un chef personal. Puedo hacer un plato un millón de veces para mí, pero realmente echo de menos hacer felices a los clientes con mi cocina. Tenía una receta de tagine de espinacas que hacía cuando era chef personal, y era un gran éxito. El otro día tuve un antojo loco de hacerlo y me inspiré para hacer esta versión actualizada.
Este tagine de calabaza es una deliciosa combinación de salado y dulce. Al igual que el tagine tradicional, éste está especiado con comino, cúrcuma, canela y jengibre. También hay muchos frutos secos y notas cítricas que lo hacen aún más auténtico y delicioso. Sírvelo sobre arroz, cuscús, freekeh, quinoa o con pita para una comida completa.
Es increíble lo fácil que es elevar un plato asando las verduras que lo componen. Aunque no me molesté en asar la calabaza, sí asé la col rizada. Y esos 15-20 minutos en el horno llevan esta sencilla receta a nuevas cotas. Si tuviera un restaurante, esto sería sin duda digno de figurar en el menú. Si alguna vez vuelvo a ser un chef personal, o a dar clases de cocina, esto estará en la rotación.
Este tajín de calabaza es imprescindible para preparar la comida. Lo compartí la semana pasada en mi guía de preparación de comidas (suscríbete aquí para recibirla cada semana en mi boletín). Espero que lo disfrutes.
